La Banda, el Bastón de Mando, el Sillón de Avellaneda y Tula, son símbolos de gestión gubernamental. Si estos son vulnerados, mancillados, desacreditados, deshonrados, despreciados, envilecidos, estamos frente a una situación de anomia del poder. La simbología se respeta porque además son símbolos de gobierno. Ya el otro día, se filtró un foto de un funcionario de tercera línea, Juan Pablo Dusso, hijo de Rubén, el ministro de Obras Públicas, jugando en la computadora del Primera mandataria (foto secundaria), y que, por supuesto, ya inventó una excusa para justificarse una vez que conoció que la imagen se había colado en las redes sociales por descuido del propio oficialismo. ¿Casualidad? ¿Excepción? Parece que no, porque ahora, el hijo de un ex intendente belicho (foto principal) posa inconscientemente en una suerte de picaría en el Sillón de Avellaneda y Tula, dominio exclusivo por mandato popular de la Gobernadora, en otra instancia de zona liberada en Casa de Gobierno.¿En qué condiciones gobierna Corpacci? El protagonista del escándalo -cuya responsabilidad es compartida con autoridades oficiales y personal de seguridad - es Luis, hijo de Miguel Ángel Quipildor, dirigente del FPV y ex jefe comunal de la Puerta de San José (Belén). La hermana de Luis Quipildor, es secretaria de Corpacci, se llama Ana Soledad Quipildor y es probable que haya sido la fotógrafa. Hazaña atribuible solo a una juventud kirchnerista sin límites internos ni externos, a su entusiasmo y atracción por el poder que reside en Casa de Gobierno. El problema es que, funcionarios y fanáticos del proyecto K, no solo estarían menospreciando los atributos y la simbología de mando, sino que marcan e indican el contexto, las condiciones, las circunstancias, el ambiente en el cual gobierna y administra esta provincia Lucía Corpacci.
Jolgorio en el despacho de la Gobernadora ¿Qué es este jolgorio en el despacho de la Gobernadora? ¿Qué es este ultraje a los atributos del mando concedidos por el pueblo catamarqueño a Corpacci para el periodo 2011-2015? ¿Qué explicación tiene las autoridades para esta ofensa a uno de los Poderes del Estado? Dos cosas: 1) Falta de respeto hacia la Primera mandataria y el Pueblo todo 2) Falta de autoridad de quién ejerce el poder en Catamarca, que termina enterándose de muchas cosas que pasan en su entorno por los medios de prensa. La pregunta es ya para la Señora Gobernadora y con todo respeto ¿es consciente de lo que significa el Sillón de Avellaneda y Tula para los catamarqueños?
Gobernar sin reserva, sin intimidad, sin tranquilidad El asunto es que no cualquiera puede entrar al despacho de la Gobernadora, un ámbito que debe tener una privacidad absoluta. Es ese lugar se toman las decisiones más importantes de la provincia. Incluso, ningún funcionario debería tener esa "confianza". Es el espacio físico personal de la Gobernadora. Es "su" despacho, la oficina de trabajo donde puede haber documentación muy sensible para los intereses de Catamarca. ¿Y si se pierde algún expediente de su escritorio? El planteo sobre qué pasa cuando no está la Gobernadora en su despacho y qué sucede estando ella presente, no es menor. Si la Primera mandataria no tiene este exclusivo ámbito de reserva ¿cómo puede gobernar tranquila? ¿Cómo podemos estar nosotros tranquilos?
"Casa de Gobierno no es un club social" En ausencia de Corpacci sucede cualquier cosa. Pero cuando Lucía está presente, muchos funcionarios de su gabinete le faltan el respeto con excesos de confianza que la ridiculizan ante los ojos de la sociedad que termina creyendo que ella no puede tener el control ni siquiera de su despacho. Para quienes entran y salen como "Pancho por su casa", hacen tours de turismo y se sacan fotos, hablan a los gritos mientras se toman un cafecito y utilizan la computadora oficial con datos confidenciales y privados, les advertimos y recordamos que Casa de Gobierno, y en particular el despacho de la Gobernadora, no es un club social.
Por Juan Carlos Andrada Fuente: www.catamarca.la |
No hay comentarios:
Publicar un comentario