Sigue la investigación por los abusos sexuales
Según la abogada querellante, el imputado fue viciando la voluntad de la jovencita gradualmente.
Juan
de Dios Gutiérrez, el sacerdote acusado de abuso sexual y corrupción de
menores en Belén, se justificaba comparando su accionar con el del
“Padre Tomás”, el personaje que encarna Mariano Martínez en la novela
“Esperanza Mía”, donde se interpreta la historia de un religioso que se
enamora de una jovencita.
Ello se pudo conocer a través de las declaraciones de la abogada Silvia Barrientos, quien asesora a la familia de la víctima, quien es una adolescente de 16 años.
La letrada conoce el contenido de los más de 5 mil mensajes de chat que mantuvieron en los últimos meses y explicó en diálogo con El Esquiú.com que el sujeto intentaba convencer a la adolescente de que lo que ocurría era inevitable y se trataba de una historia de amor como la que transcurre en la ficción televisiva.
La situación también fue descripta por la familia de la jovencita a este medio días atrás.
Barrientos señaló que Gutiérrez “le preguntaba si le gustaba más él o el Padre Tomás y también intentaba generarle celos o interés”. La abogada añadió que la jovencita fue “sometida totalmente” y negó que pueda haber consentimiento ya que “siempre supo que estaba siendo acosada, fue socavando su voluntad de a poco, no la dejaba alejarse de él culpándola de que el grupo de jóvenes que habían conformado se iba a perder y que tenía que cumplir con su misión en este mundo”.
Otros detalles perturbadores que la abogada mencionó fue el hecho de que en los encuentros que mantuvieron, Gutiérrez ya le había puesto nombres a las partes íntimas de ambos y “la obligaba a participar en juegos morbosos”. “Él le decía beso ‘trino’ a un beso que empezaba en la frente, seguía en el mentón y luego terminaba en la boca, siempre fue avanzando de a poco y relacionándolo con su mundo”, dijo la querellante.
La jovencita debió recibir asistencia psicológica luego de la aparición en su domicilio de la comisión que el Obispado envió a Belén para realizar una investigación aparte de la que lleva adelante la Justicia. “Tiene pánico de la curia, solapadamente vinieron a hablar con la niña, no con la madre o el padre.El contenido de las cartas que le dieron es claramente intimidatorio y además le dieron una clara amenaza diciendo que ‘ojalá sea verdad porque sino Diosito se va a enojar mucho’.
Usan todo lo que tienen a su alcance, yo creo que al Papa Francisco no le gustaría mucho lo que hacen estos sacerdotes”, criticó duramente Barrientos, aunque agregó: “Si tenían intención acompañar a la familia se equivocaron con el método, porque ella estuvo cerca del ataque de pánico”.
Gutiérrez se encuentra con detención confirmada mientras avanza la causa que el fiscal Jorge Flores lleva adelante en su contra. Durante la semana entrante comenzarían a realizarse las pericias psicológicas para ambos acusados. Para la familia, el material probatorio contra el religioso es contundente y explícito.
De acuerdo a las denuncias, el cura buscó a la niña en su domicilio un día que su madre no estaba, a bordo de una moto y con el rostro cubierto, para someterla luego en un descampado.
Ello se pudo conocer a través de las declaraciones de la abogada Silvia Barrientos, quien asesora a la familia de la víctima, quien es una adolescente de 16 años.
La letrada conoce el contenido de los más de 5 mil mensajes de chat que mantuvieron en los últimos meses y explicó en diálogo con El Esquiú.com que el sujeto intentaba convencer a la adolescente de que lo que ocurría era inevitable y se trataba de una historia de amor como la que transcurre en la ficción televisiva.
La situación también fue descripta por la familia de la jovencita a este medio días atrás.
Barrientos señaló que Gutiérrez “le preguntaba si le gustaba más él o el Padre Tomás y también intentaba generarle celos o interés”. La abogada añadió que la jovencita fue “sometida totalmente” y negó que pueda haber consentimiento ya que “siempre supo que estaba siendo acosada, fue socavando su voluntad de a poco, no la dejaba alejarse de él culpándola de que el grupo de jóvenes que habían conformado se iba a perder y que tenía que cumplir con su misión en este mundo”.
Otros detalles perturbadores que la abogada mencionó fue el hecho de que en los encuentros que mantuvieron, Gutiérrez ya le había puesto nombres a las partes íntimas de ambos y “la obligaba a participar en juegos morbosos”. “Él le decía beso ‘trino’ a un beso que empezaba en la frente, seguía en el mentón y luego terminaba en la boca, siempre fue avanzando de a poco y relacionándolo con su mundo”, dijo la querellante.
La jovencita debió recibir asistencia psicológica luego de la aparición en su domicilio de la comisión que el Obispado envió a Belén para realizar una investigación aparte de la que lleva adelante la Justicia. “Tiene pánico de la curia, solapadamente vinieron a hablar con la niña, no con la madre o el padre.El contenido de las cartas que le dieron es claramente intimidatorio y además le dieron una clara amenaza diciendo que ‘ojalá sea verdad porque sino Diosito se va a enojar mucho’.
Usan todo lo que tienen a su alcance, yo creo que al Papa Francisco no le gustaría mucho lo que hacen estos sacerdotes”, criticó duramente Barrientos, aunque agregó: “Si tenían intención acompañar a la familia se equivocaron con el método, porque ella estuvo cerca del ataque de pánico”.
Gutiérrez se encuentra con detención confirmada mientras avanza la causa que el fiscal Jorge Flores lleva adelante en su contra. Durante la semana entrante comenzarían a realizarse las pericias psicológicas para ambos acusados. Para la familia, el material probatorio contra el religioso es contundente y explícito.
De acuerdo a las denuncias, el cura buscó a la niña en su domicilio un día que su madre no estaba, a bordo de una moto y con el rostro cubierto, para someterla luego en un descampado.
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