El testigo dijo que iban a “sancionarla” y luego que iban a “rescatar” a la joven Yolanda.
Un relato inesperado de las partes surgió ayer, durante el debate
contra de los ex jerarcas militares Carlos Alberto Lucena y Juan Daniel
Rauzzino. El médico, de apellido Contreras, “recordó” que “unos 100
hombres” del Regimiento 17 aerotransportado se trasladaron a Belén con
el objetivo de “buscar a una joven que militaba en Montoneros y había
desertado e iban a sancionarla”. El médico militar no habría recordado
esa situación cuando declaró en noviembre de 2008.
Siete testigos declararon ayer en la causa establecida por las desapariciones y muertes de Yolanda Borda, Francisco y Griselda Ponce y Julio Burgos. Excepto el abogado Luis Gandini, los restantes ocuparon diferentes cargos dentro del Ejército.
Entre todos, el testimonio revelador fue del médico Contreras, quien se desempeñó hasta 1981 como profesional del Regimiento 17. Contreras, quien habría declarado en el año 2008 por sugerencia de Darcy Borda, hermana de la desaparecida Yolanda, sorprendió al “recordar” una situación desconocida hasta el momento. “No era secreto lo que yo sabía. Hubo una reunión con la plana mayor y nos dijeron que a raíz de la presencia de una chica en Belén que militaba en Montoneros y había desertado, iban a buscarla para aplicarle una sanción y que se iban a cortar los caminos para que llegaran”, aseguró.
Según dijo, y esta vez también en contraposición con lo declarado anteriormente (dijo que llegaron pasadas las 22.30 de la noche), no recordaba la hora en la que llegaron a Belén, salvo que había farolas encendidas y una plaza, aunque no pudo decir si era el amanecer o el atardecer o si aclaró u oscureció pasadas las horas. “Al día siguiente (y porque era un comentario general en el cuartel) me enteré de que había habido un secuestro y que llegamos tarde”, manifestó el profesional.
Su declaración echó por el piso lo manifestado por el propio Lucena, quien dijo que entre el 26 y 27 de enero de 1977 (fecha en la que fue secuestrada Borda de su domicilio), habían estado participando de una práctica de paracaidismo y lo vertido en su carta al padre de Borda a quien le dijo desconocer la situación. Asimismo, confirmó lo vertido por familiares de Yolanda, quienes dijeron que esa mañana del 27 los caminos estuvieron cortados y que Belén estaba lleno de militares.
Entre las declaración llamó la atención de la querella el comentario del entonces Jefe de la Sección Destinos, Ernesto De Bishop, quien aseguró que “Catamarca era un lugar de descanso para guerrilleros”.
Carlos Eduardo del Valle Carrizo Salvadores, quien actualmente está detenido en el Servicio Penitenciario de Miraflores acusado de los fusilamientos durante la denominada “Masacre de Capilla del Rosario”, también habló y aseguró que “había una buena relación” entre el gobernador de facto Coronel Jorge Carlucci y Lucena, desmintiendo los dichos de Rauzzino, quien habló de una pelea entre ambos durante su declaración.
El debate continuará el viernes 18 de mayo.
RidículoSiete testigos declararon ayer en la causa establecida por las desapariciones y muertes de Yolanda Borda, Francisco y Griselda Ponce y Julio Burgos. Excepto el abogado Luis Gandini, los restantes ocuparon diferentes cargos dentro del Ejército.
Entre todos, el testimonio revelador fue del médico Contreras, quien se desempeñó hasta 1981 como profesional del Regimiento 17. Contreras, quien habría declarado en el año 2008 por sugerencia de Darcy Borda, hermana de la desaparecida Yolanda, sorprendió al “recordar” una situación desconocida hasta el momento. “No era secreto lo que yo sabía. Hubo una reunión con la plana mayor y nos dijeron que a raíz de la presencia de una chica en Belén que militaba en Montoneros y había desertado, iban a buscarla para aplicarle una sanción y que se iban a cortar los caminos para que llegaran”, aseguró.
Según dijo, y esta vez también en contraposición con lo declarado anteriormente (dijo que llegaron pasadas las 22.30 de la noche), no recordaba la hora en la que llegaron a Belén, salvo que había farolas encendidas y una plaza, aunque no pudo decir si era el amanecer o el atardecer o si aclaró u oscureció pasadas las horas. “Al día siguiente (y porque era un comentario general en el cuartel) me enteré de que había habido un secuestro y que llegamos tarde”, manifestó el profesional.
Su declaración echó por el piso lo manifestado por el propio Lucena, quien dijo que entre el 26 y 27 de enero de 1977 (fecha en la que fue secuestrada Borda de su domicilio), habían estado participando de una práctica de paracaidismo y lo vertido en su carta al padre de Borda a quien le dijo desconocer la situación. Asimismo, confirmó lo vertido por familiares de Yolanda, quienes dijeron que esa mañana del 27 los caminos estuvieron cortados y que Belén estaba lleno de militares.
Entre las declaración llamó la atención de la querella el comentario del entonces Jefe de la Sección Destinos, Ernesto De Bishop, quien aseguró que “Catamarca era un lugar de descanso para guerrilleros”.
Carlos Eduardo del Valle Carrizo Salvadores, quien actualmente está detenido en el Servicio Penitenciario de Miraflores acusado de los fusilamientos durante la denominada “Masacre de Capilla del Rosario”, también habló y aseguró que “había una buena relación” entre el gobernador de facto Coronel Jorge Carlucci y Lucena, desmintiendo los dichos de Rauzzino, quien habló de una pelea entre ambos durante su declaración.
El debate continuará el viernes 18 de mayo.
El abogado Luis Gandini también declaró y confirmó los dichos vertidos el jueves por Segundo Ortiz. El letrado calificó como “ridícula” la imputación a su defendido, quien fue detenido por el grupo “especial” de la Brigada de Investigaciones por firmar con un “garabato” que se parecía a la estrella identificatoria del ERP.
Gandini también se refirió a su situación personal durante la época de la dictadura militar, y aseguró que fue echado de su puesto como secretario del entonces Juzgado de Instrucción. “Era muy difícil ejercer la profesión en esa época. Los abogados casi parecíamos cobardes porque no podíamos asumir defensas porque se sabía que si estaban acusados de subversión iba a ser imposible y nos poníamos en peligro nosotros mismos”, aseguró.
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