El denominado juicio de Las Barrancas, en el que Julio Aguiar ocupa el banquillo de los acusados por el asesinato de su cuñado Lorenzo Américo Saracho, volvió a ventilarse ayer en la Cámara Penal N° 1, con un testimonio que complicó la situación del imputado.
“Esto me lo dijo después de que pasaron algunos días del crimen, cuando estaba internada en el hospital donde iba a verla”, sostuvo la testigo.
Parafraseando a la hermana de Saracho, la testigo dijo que “el Lulo, Lulito” -refiriéndose a Aguiar- “toto” -por tonto-, y tocándose las piernas y los brazos decía “palo” “palo” tocaba el fierro donde estaba el suero y después la parte de atrás de la cabeza- “Así a Lachi” “Lachi así” y me enseñaba la lengua como si estuviera muerto. Después me dijo: “Lulo a Belén a cajón”, me quería decir que Aguiar se había ido a Belén a buscar el cajón”, manifestó Gutiérrez.
Seguidamente, la mujer relató que cuando fue a ver al fiscal Jorge Flores, le contó las malas condiciones en las que vivía “Mila”, recordando que era en un garaje de tres paredes y una de plástico.
A preguntas del tribunal, Rosana Gutiérrez aseguró que “Mila nunca miente, ella sabe diferenciar entre lo que está mal y lo que está bien. Cuando está mal dice “toto”.
En otro pasaje de su testimonio, la mujer recordó que una vez que le dieron el alta a “Mila” estuvo un tiempo en la Escuela Especial N° 31 de esta Capital, donde el fiscal Flores le tomó declaración.
“Actualmente ella -por “Mila”- está bien, vive conmigo y mi familia. Trato de no hablarle del tema porque se pone mal, sufre mucho y llora, porque en poco tiempo perdió a casi toda su familia”, contó entre lágrimas la testigo.
Finalmente, Gutiérrez dejó en claro que a quien “Mila” le decía “Lulo” o “Lulito” era a Julio Aguiar, a preguntas reiteradas de las partes.
Luego de escuchar el testimonio, uno de los más importantes en lo que va de la audiencia si se tiene en cuenta que una de las testigos presenciales del hecho fue la hermana discapacitada del fallecido, quien actualmente se encuentra al cuidado de Rosana Gutiérrez.
Posteriormente compareció Elogia Dominga Vacazur, quien dijo desempeñarse como enfermera en el sanatorio privado de la ciudad de Belén, donde al momento del crimen estaba internado uno de los hijos del acusado. Solo unos minutos permaneció en la sala la mujer.
Antes de finalizar la audiencia, el defensor de Aguiar realizó un planteo en virtud de la declaración de la testigo Gutiérrez, al cual le restó valor.
El abogado cuestionó la interpretación que realizó la testigo sobre los gestos y palabras de “Mila”.
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