La tejió una humilde hilandera de Belén, provincia de Catamarca. Se llama Antonia Purificación Gutiérrez. Nunca supo que su trabajo era para la primera dama norteamericana.
Sin dudas fue un regalo bien pensado y exclusivo. No se trata de un poncho más. El urdido de esta manta se hizo con 1.500 hebras tejido en un telar rústico en un solo paño de 1.30 metros de ancho.El trabajo fue terminado a finales de 2015 y llevó más de un año de elaboración. Fue elegida por ser la más fina de todas las que había en exposición.
Una manta de estas características en el mercado cuesta hasta 50 mil pesos. Y no es la primera que sale desde Belén, la llamada "cuna del poncho", y termina en las manos de alguna personalidad. Hace unos años la expresidenta Kirchner le obsequió uno al papa Francisco.
El poncho de Michelle provocó sorpresa y satisfacción en la tejedora catamarqueña. Antonia se enteró por los medios del destino de su manta. "Yo no sabía que le iban a entregar el poncho a ella".
Por su parte la presidenta de la Asociación de Hilanderas, Juana de Herrero dijo: ”Es un orgullo muy grande representar a Belén a través de un saber milenario. La manta de vicuña es la prenda emblemática porque se teje con el hilo más fino de ese animal y se necesitan materiales naturales difíciles de conseguir.”
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