Tras su incorporación a la estatal CAMYEN
La Provincia, ahora responsable del yacimiento de rodocrosita, quiere un nuevo modelo de extracción de la piedra catamarqueña.
Cumplidos los pasos formales para que la empresa provincial de minería Camyen se hiciera cargo de la operación del yacimiento de Minas Capillitas en Andalgalá, además de todo su plantel de personal, el Gobierno busca ahora impulsar un modelo de producción que permita que la explotación de rodocrosita sea sustentable y que, además de tener en cuenta al recurso humano y las buenas prácticas en la materia, asegure la vida útil del emprendimiento por varios años más. Para la gestión que encabeza Lucía Corpacci, Capillitas es un símbolo no solamente porque de allí surge la tradicional piedra rosada que representa a Catamarca en el mundo, sino, fundamentalmente, porque dada su escala relativamente pequeña, puede servir para el aprendizaje y el desarrollo de un nuevo modelo minero público.
Las autoridades provinciales tomaron dos ejemplos exitosos para dar forma a la “nueva” Capillitas. Por un lado, el que impulsó Miguel Ángel Ferro, mentor de Fomento Minero de Santa Cruz Sociedad del Estado (Fomicruz), que comenzó, como Camyen, con pequeñas operaciones mineras, para luego expandirse y generar una importante empresa estatal con múltiples competencias. El otro caso es el de YMAD, que en su carácter de firma interestadual con varias décadas de vida, tiene consolidada una vasta experiencia productiva y tecnológica en minería de socavón, que es el tipo de actividad que se hace en el yacimiento andalgalense.
Claro que el directorio de Camyen, encabezado por David “Davicho” De la Barrera, tendrá una compleja tarea por delante. Es que, como señaló el ministro de Producción, Ángel Mercado, “nos estamos haciendo cargo de muchos años de extracción sin una planificación adecuada, sin responder a pautas de seguridad, industriales y de programación elementales. Inclusive los criterios de comercialización han sido, como mínimo, cuestionables. Y esto fue fundado sobre una ilegalidad manifiesta, porque la misma Somica DEM (que administraba antes la operación) fue objeto de una sentencia judicial que ordenaba disolverla”.
El funcionario dijo que la consolidación de esta nueva estrategia implica “varios pasos”. El primero fue la firma de la transferencia de Capillitas a la órbita de Camyen, a través de una concesión de Fabricaciones Militares con el visto bueno de la Nación. El segundo se concretó días atrás, cuando en un acto realizado en Andalgalá, la minera del Estado provincial absorbió a 36 empleados que trabajan en el yacimiento.
La siguiente etapa está marcada por la generación de un plan de operación de la mina que incluya trabajos de exploración para determinar qué recurso geológico existe. “No se sabe a ciencia cierta cuánta roca hay y de qué calidades. La extracción fue muy aleatoria, muy empírica, y es un modelo de negocios que es muy difícil sostener en el tiempo”, explicó.
El funcionario señaló que durante muchos años la explotación en Capillitas estuvo sujeta a la experiencia de los obreros mineros que, paradójicamente, estaban en una situación laboral muy precaria y prácticamente olvidados por la patronal. Ya la vocal de Camyen, la ingeniera química Melisa Ferreyra Mackay, una profesional que hizo carrera en el exterior en el sector petrolero y que decidió aceptar la invitación del Gobierno de sumarse a la minera estatal, había señalado que el recurso humano adolecía de capacitaciones en seguridad y no tenía controles sanitarios regulares. Más atrás en el tiempo, cuando De la Barrera, entonces interventor de Somica DEM, comenzó a revisar el estado de la mina, se dio con que los empleados estaban en negro y ni siquiera tenían ART.
Como paso previo a la incorporación de Camyen, la totalidad de los obreros de Capillitas fueron sometidos a un riguroso examen médico y ahora serán capacitados por YMAD, de acuerdo con un convenio que se firmó la semana pasada. “Con esos cursos, auspiciados por el ministerio, esperamos dar un salto cualitativo. Queremos elevar la calidad del entrenamiento del personal, primero para cuidar el recurso humano que estuvo totalmente dejado de lado y, por supuesto, para mejorar los resultados económicos de la empresa”.
La intervención provincial no se limitará solamente al yacimiento en sí, sino también a la comunidad circundante. Por eso se habilitaron estudios secundarios en Minas Capillitas, teniendo actualmente la escuela local una matrícula de nueve alumnos en la primaria y diez en el nivel medio. Alumbrera ayudó a acondicionar el edificio y recientemente fue equipado con libros, juegos didácticos y elementos de cocina. “De lo que se trata es de cambiar las cosas, no solamente en lo que se refiere a la empresa, sino también a la gente que vive en ese lugar”, finalizó Mercado.
Las autoridades provinciales tomaron dos ejemplos exitosos para dar forma a la “nueva” Capillitas. Por un lado, el que impulsó Miguel Ángel Ferro, mentor de Fomento Minero de Santa Cruz Sociedad del Estado (Fomicruz), que comenzó, como Camyen, con pequeñas operaciones mineras, para luego expandirse y generar una importante empresa estatal con múltiples competencias. El otro caso es el de YMAD, que en su carácter de firma interestadual con varias décadas de vida, tiene consolidada una vasta experiencia productiva y tecnológica en minería de socavón, que es el tipo de actividad que se hace en el yacimiento andalgalense.
Claro que el directorio de Camyen, encabezado por David “Davicho” De la Barrera, tendrá una compleja tarea por delante. Es que, como señaló el ministro de Producción, Ángel Mercado, “nos estamos haciendo cargo de muchos años de extracción sin una planificación adecuada, sin responder a pautas de seguridad, industriales y de programación elementales. Inclusive los criterios de comercialización han sido, como mínimo, cuestionables. Y esto fue fundado sobre una ilegalidad manifiesta, porque la misma Somica DEM (que administraba antes la operación) fue objeto de una sentencia judicial que ordenaba disolverla”.
El funcionario dijo que la consolidación de esta nueva estrategia implica “varios pasos”. El primero fue la firma de la transferencia de Capillitas a la órbita de Camyen, a través de una concesión de Fabricaciones Militares con el visto bueno de la Nación. El segundo se concretó días atrás, cuando en un acto realizado en Andalgalá, la minera del Estado provincial absorbió a 36 empleados que trabajan en el yacimiento.
La siguiente etapa está marcada por la generación de un plan de operación de la mina que incluya trabajos de exploración para determinar qué recurso geológico existe. “No se sabe a ciencia cierta cuánta roca hay y de qué calidades. La extracción fue muy aleatoria, muy empírica, y es un modelo de negocios que es muy difícil sostener en el tiempo”, explicó.
El funcionario señaló que durante muchos años la explotación en Capillitas estuvo sujeta a la experiencia de los obreros mineros que, paradójicamente, estaban en una situación laboral muy precaria y prácticamente olvidados por la patronal. Ya la vocal de Camyen, la ingeniera química Melisa Ferreyra Mackay, una profesional que hizo carrera en el exterior en el sector petrolero y que decidió aceptar la invitación del Gobierno de sumarse a la minera estatal, había señalado que el recurso humano adolecía de capacitaciones en seguridad y no tenía controles sanitarios regulares. Más atrás en el tiempo, cuando De la Barrera, entonces interventor de Somica DEM, comenzó a revisar el estado de la mina, se dio con que los empleados estaban en negro y ni siquiera tenían ART.
Como paso previo a la incorporación de Camyen, la totalidad de los obreros de Capillitas fueron sometidos a un riguroso examen médico y ahora serán capacitados por YMAD, de acuerdo con un convenio que se firmó la semana pasada. “Con esos cursos, auspiciados por el ministerio, esperamos dar un salto cualitativo. Queremos elevar la calidad del entrenamiento del personal, primero para cuidar el recurso humano que estuvo totalmente dejado de lado y, por supuesto, para mejorar los resultados económicos de la empresa”.
La intervención provincial no se limitará solamente al yacimiento en sí, sino también a la comunidad circundante. Por eso se habilitaron estudios secundarios en Minas Capillitas, teniendo actualmente la escuela local una matrícula de nueve alumnos en la primaria y diez en el nivel medio. Alumbrera ayudó a acondicionar el edificio y recientemente fue equipado con libros, juegos didácticos y elementos de cocina. “De lo que se trata es de cambiar las cosas, no solamente en lo que se refiere a la empresa, sino también a la gente que vive en ese lugar”, finalizó Mercado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario