Sentenciada en junio de 2010 junto a su amigo, Luis Coronel, cumple su pena en el Correccional de Mujeres y sigue estudiando Abogacía.
Noelia Gabriela Baigorria (23) habló con El Ancasti en exclusiva sobre el crimen del ex policía David Vicente Ortega (50), ocurrido el 18 de junio de 2008 y por el que, dos años más tarde, fue condenada junto a Luis Miguel Coronel (24) por el delito de "homicidio simple" a cumplir la pena de 22 años. Posteriormente, a Coronel le redujeron el monto a 18 años.
El relato de los meses previos al crimen comienza en febrero de 2008, cuando desde Belén viajó a la Capital para comenzar a estudiar Abogacía en la UNCA. Con 19 años se fue a vivir junto a otras dos jóvenes, al barrio Parque América, escenario del principio de la tormentosa relación con Ortega.
"Él vivía con sus padres y hablamos por primera vez luego de un accidente que hubo cerca de mi casa. Yo usaba muletas por un choque que había tenido en Belén antes de viajar y me preguntó qué me había pasado".
"Tenía una amiga que vivía en la avenida Los Legisladores y con la que nos íbamos a la universidad juntas. Él (por Ortega) pasó en su auto y nos acercó". Ese tipo de encuentros se fueron volviendo más frecuentes, hasta que se produjo un "shock", como lo describió ella.
"Me pidió que fuera a vivir a la casa de sus padres, que se los cuidara y que no me cobraría alquiler". No me gustó la propuesta y me alejé de él. Una vez me estuvo esperando en el auto afuera de la universidad y comencé a sentir que tenía otras intenciones".
La única persona a la que Noelia le había hablado del vínculo con el ex policía era su amiga Greta. A su padre no quiso contárselo ya que la haría volver a Belén y eso significaría retornar a su casa.
Por tal motivo, al poco tiempo decidió mudarse hasta el centro. Alquiló una pieza en calle Ayacucho casi esquina San Martín.
De Ortega no tuvo noticias hasta que un día se lo cruzó afuera de su nuevo domicilio. "Me dijo que me había estado buscando. Era su mirada la que me producía temor. Me hace un poco mal recordarlo... me cuesta explicarlo, pero sentía que él no estaba bien. No podía entenderlo. Quise denunciarlo y él me decía que lo hiciera, que no tenía miedo".
Tiempo después viajó a Belén y se contactó con su amigo de la infancia, Luis Miguel Coronel. "Le pedí que me acompañe para que viera que no estaba sola".
El 17 de junio llamaron por teléfono en reiteradas oportunidades a la casa de los padres de Ortega. "Quería que lo conociera, porque a Luis le contaba lo que me pasaba pero para él exageraba".
A la noche, Ortega fue al departamento y pidió hablar con ella y terminaron saliendo los tres a dar un paseo en auto. El paseo culminó en el playón norte del dique El Jumeal.
"Hacía mucho frío. Nos bajamos del auto y le pedí a Luis que se alejara. 'Ahora nos vamos a atar porque nosotros vamos a estar juntos'", me decía.
"Para mí él quería matarme. Entonces yo lo até a él y yo no me até. Quiso acercarse y lo empujé y cayó al agua de rodillas y empezó a gritar te voy a matar. Entonces comencé a caminar 30 minutos. Luis me alcanzó más adelante. Estaba morado. Le preguntaba qué había hecho y no me decía nada".
El día de la detención de Baigorria -el 27 de junio- la policía encontró en su pieza un croquis titulado "Reconstrucción del hecho". "Como él no hablaba y no me decía qué había pasado con David, tomé una hoja de mis apuntes, dibujé para que él me explicara. ¿Cómo voy a premeditar algo así?", señala la joven.
La Justicia detuvo a Baigorria y cuando allanó su casa encontró el croquis y encontró una zapatilla a la que le faltaba el cordón, justamente con el que habían maniatado a Ortega.
Coronel fue detenido en La Rioja. "Hace poco hablé con él y me confesó que siempre estuvo enamorado de mí y que lo hizo para deshacerse de Ortega y que lo haría nuevamente", concluyó.
El relato de los meses previos al crimen comienza en febrero de 2008, cuando desde Belén viajó a la Capital para comenzar a estudiar Abogacía en la UNCA. Con 19 años se fue a vivir junto a otras dos jóvenes, al barrio Parque América, escenario del principio de la tormentosa relación con Ortega.
"Él vivía con sus padres y hablamos por primera vez luego de un accidente que hubo cerca de mi casa. Yo usaba muletas por un choque que había tenido en Belén antes de viajar y me preguntó qué me había pasado".
"Tenía una amiga que vivía en la avenida Los Legisladores y con la que nos íbamos a la universidad juntas. Él (por Ortega) pasó en su auto y nos acercó". Ese tipo de encuentros se fueron volviendo más frecuentes, hasta que se produjo un "shock", como lo describió ella.
"Me pidió que fuera a vivir a la casa de sus padres, que se los cuidara y que no me cobraría alquiler". No me gustó la propuesta y me alejé de él. Una vez me estuvo esperando en el auto afuera de la universidad y comencé a sentir que tenía otras intenciones".
La única persona a la que Noelia le había hablado del vínculo con el ex policía era su amiga Greta. A su padre no quiso contárselo ya que la haría volver a Belén y eso significaría retornar a su casa.
Por tal motivo, al poco tiempo decidió mudarse hasta el centro. Alquiló una pieza en calle Ayacucho casi esquina San Martín.
De Ortega no tuvo noticias hasta que un día se lo cruzó afuera de su nuevo domicilio. "Me dijo que me había estado buscando. Era su mirada la que me producía temor. Me hace un poco mal recordarlo... me cuesta explicarlo, pero sentía que él no estaba bien. No podía entenderlo. Quise denunciarlo y él me decía que lo hiciera, que no tenía miedo".
Tiempo después viajó a Belén y se contactó con su amigo de la infancia, Luis Miguel Coronel. "Le pedí que me acompañe para que viera que no estaba sola".
El 17 de junio llamaron por teléfono en reiteradas oportunidades a la casa de los padres de Ortega. "Quería que lo conociera, porque a Luis le contaba lo que me pasaba pero para él exageraba".
A la noche, Ortega fue al departamento y pidió hablar con ella y terminaron saliendo los tres a dar un paseo en auto. El paseo culminó en el playón norte del dique El Jumeal.
"Hacía mucho frío. Nos bajamos del auto y le pedí a Luis que se alejara. 'Ahora nos vamos a atar porque nosotros vamos a estar juntos'", me decía.
"Para mí él quería matarme. Entonces yo lo até a él y yo no me até. Quiso acercarse y lo empujé y cayó al agua de rodillas y empezó a gritar te voy a matar. Entonces comencé a caminar 30 minutos. Luis me alcanzó más adelante. Estaba morado. Le preguntaba qué había hecho y no me decía nada".
El día de la detención de Baigorria -el 27 de junio- la policía encontró en su pieza un croquis titulado "Reconstrucción del hecho". "Como él no hablaba y no me decía qué había pasado con David, tomé una hoja de mis apuntes, dibujé para que él me explicara. ¿Cómo voy a premeditar algo así?", señala la joven.
La Justicia detuvo a Baigorria y cuando allanó su casa encontró el croquis y encontró una zapatilla a la que le faltaba el cordón, justamente con el que habían maniatado a Ortega.
Coronel fue detenido en La Rioja. "Hace poco hablé con él y me confesó que siempre estuvo enamorado de mí y que lo hizo para deshacerse de Ortega y que lo haría nuevamente", concluyó.
SÍMBOLO DE AMOR
"Ahora nadie nos va a separar", me decía. Atarnos para él simbolizaba que íbamos a estar juntos. Reconozco que yo lo até", manifestó Baigorria. Con las hileras de las zapatillas de cada uno fue maniatado el ex policía Ortega.
"David le decía a Luis que viajaría a Belén para hablar con mi papá y contarle lo que sentía por mí".
"Ahora nadie nos va a separar", me decía. Atarnos para él simbolizaba que íbamos a estar juntos. Reconozco que yo lo até", manifestó Baigorria. Con las hileras de las zapatillas de cada uno fue maniatado el ex policía Ortega.
"David le decía a Luis que viajaría a Belén para hablar con mi papá y contarle lo que sentía por mí".
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