Paraje de Carachi: No cuentan con asistencia sanitaria permanente
El grupo solidario Quebradas y Puna cumplió con la misión de instalar agua potable en el paraje de Carachi, distrito de Termas de Villa Vil, en el departamento Belén. Este grupo, que desde hace varios años canaliza su energía solidaria brindando asistencia social a pequeñas comunidades de alta montaña de población dispersa en parajes y puestos de los departamentos de Antofagasta de la Sierra, Belén y Tinogasta; en esta oportunidad con su trabajo pudo resolver la grave problemática de la falta de agua corriente y potable que sufrían en su vida cotidiana los habitantes de este paraje. Con esta obra se logra mejorar la calidad de vida de aproximadamente 130 habitantes, principalmente en la dimensión sanitaria, pero también en lo atinente al tiempo y esfuerzo que significa el acarreo del agua, cuya vertiente se encuentra a casi 1,500 kilómetro de distancia de las viviendas.
Además de la obra mencionada, también el grupo distribuyó alimentos, entre las familias de este paraje.
Según información recogida por este grupo solidario, los habitantes de este paraje que integra la comunidad indígena de Aguas Calientes, no sólo padecen todos los efectos y agravantes de la pobreza extrema, sino que además sufren la falta de asistencia continua y permanente que deben de recibir del Estado. Realidad que surge de los relatos que ofrecen los vecinos en relación con los servicios de salud, de asistencia social y alimentaria, entre otros.
Los integrantes del grupo comunitario y solidario Quebradas y Puna, expresan que sienten profunda satisfacción por haber cumplido con uno de sus objetivos, pero que entienden que el Estado debe de brindar los indelegables servicios de educación y salud, y también articular esfuerzos con la sociedad civil para mejorar las injustas condiciones de vida de la comunidad indígena del paraje de Carachi.
Salud precaria: sin medicamentos, ni leche
En materia de salud pública, los pobladores de Carachi padecen serias deficiencias. Cuentan que hace aproximadamente un año y medio que en toda la región no va ningún médico; aclárase que esta región depende del hospital de Termas de Villa Vil, el que a su vez es parte del Area Programática de Salud Nº 11, en este hospital reside el médico, quien debe de visitar cada una de las comunidades del distrito.
En el curso de este año pasaron ocho meses sin recibir medicamentos y leche para niños menores de dos años y embarazadas; recién llegaron en la segunda semana de agosto. Cuando hay una situación de emergencia, les mandan una ambulancia, solamente con el chofer para trasladar al paciente, pero deben de pagar $ 400 en concepto de combustible.
Además de la obra mencionada, también el grupo distribuyó alimentos, entre las familias de este paraje.
Según información recogida por este grupo solidario, los habitantes de este paraje que integra la comunidad indígena de Aguas Calientes, no sólo padecen todos los efectos y agravantes de la pobreza extrema, sino que además sufren la falta de asistencia continua y permanente que deben de recibir del Estado. Realidad que surge de los relatos que ofrecen los vecinos en relación con los servicios de salud, de asistencia social y alimentaria, entre otros.
Los integrantes del grupo comunitario y solidario Quebradas y Puna, expresan que sienten profunda satisfacción por haber cumplido con uno de sus objetivos, pero que entienden que el Estado debe de brindar los indelegables servicios de educación y salud, y también articular esfuerzos con la sociedad civil para mejorar las injustas condiciones de vida de la comunidad indígena del paraje de Carachi.
Salud precaria: sin medicamentos, ni leche
En materia de salud pública, los pobladores de Carachi padecen serias deficiencias. Cuentan que hace aproximadamente un año y medio que en toda la región no va ningún médico; aclárase que esta región depende del hospital de Termas de Villa Vil, el que a su vez es parte del Area Programática de Salud Nº 11, en este hospital reside el médico, quien debe de visitar cada una de las comunidades del distrito.
En el curso de este año pasaron ocho meses sin recibir medicamentos y leche para niños menores de dos años y embarazadas; recién llegaron en la segunda semana de agosto. Cuando hay una situación de emergencia, les mandan una ambulancia, solamente con el chofer para trasladar al paciente, pero deben de pagar $ 400 en concepto de combustible.
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