El fallo fue coincidente con lo solicitado por el fiscal en su alegato
El Tribunal de la Cámara en lo Criminal de Primera Nominación condenó ayer a sufrir la pena de 9 años y 6 meses de prisión a un hombre de apellido Gutiérrez, acusado de abusar sexualmente de su prima en la localidad belicha de Laguna Blanca en enero del año pasado. Las pericias psicológicas que mostraron el trauma que originó el ultraje en la joven, que entonces tenía 16 años, habrían sido determinantes para el representante del ministerio público fiscal, Jorge Silva Molina.
Luego de escuchar a los testigos y valorar las pruebas, Silva Molina mantuvo la acusación que pesaba sobre Gutiérrez y solicitó se lo condene a la pena de 9 años y medio de prisión. Según trascendió -ya que el debate se llevó a cabo a puertas cerradas-, a la hora de emitir su alegato, el relato de los testigos principales, una pareja de conocidos de los padres de la joven que la vieron minutos antes del abuso, cuando pasaban en su camioneta y posteriormente la encontraron llorando y desaliñada al costado de la ruta, fue fundamental. Además, las pericias psiquiátricas de la menor, que habrían señalado profundas secuelas por lo sucedido, habrían determinado el planteo del letrado.
En disidencia con lo expuesto por el ministerio público, el abogado defensor del imputado, Matías Olmos, solicitó la absolución aduciendo que no se habrían concretado hisopados vaginales que permitieran corroborar el abuso sexual.
El fallo fue por mayoría de votos de los jueces Roberto Dionisio Mazzuco y Fernando Damián Esteban, mientras que Carlos Roselló votó en disidencia.
El episodio
El hecho que signó la vida de la menor ocurrió el 2 de enero de 2010. En aquel momento, la chica habría ido, por pedido de sus padres, a comprar nafta. Mientras caminaba por la ruta que conduce desde su casa a la estación de servicio se habría encontrado con Gutiérrez, quien comenzó a hacerle propuestas indecentes. Ante la negativa y rechazo de la menor, el acusado (que ante el fiscal instructor de la causa habría argumentado que estaba bajo un profundo estado de ebriedad), insistió al punto tal de ofrecerle dinero a cambio de sexo.
Al ver que no podría convencerla y cediendo a sus instintos, Gutiérrez la llevó a la fuerza hasta cerca del Jardín botánico de la citada localidad y ahí mismo la sometió. Luego del trauma, la joven, como pudo, logró caminar nuevamente hacia la ruta y ahí la llevó la misma pareja de conocidos de sus padres, que posteriormente la ayudó a denunciar lo sucedido.
La causa fue investigada por el fiscal de Belén, Jorge Alberto Flores, quien tras imputar a Gutiérrez, culminó la instrucción del episodio y elevó la causa para que sea ventilada en juicio.
Luego de escuchar a los testigos y valorar las pruebas, Silva Molina mantuvo la acusación que pesaba sobre Gutiérrez y solicitó se lo condene a la pena de 9 años y medio de prisión. Según trascendió -ya que el debate se llevó a cabo a puertas cerradas-, a la hora de emitir su alegato, el relato de los testigos principales, una pareja de conocidos de los padres de la joven que la vieron minutos antes del abuso, cuando pasaban en su camioneta y posteriormente la encontraron llorando y desaliñada al costado de la ruta, fue fundamental. Además, las pericias psiquiátricas de la menor, que habrían señalado profundas secuelas por lo sucedido, habrían determinado el planteo del letrado.
En disidencia con lo expuesto por el ministerio público, el abogado defensor del imputado, Matías Olmos, solicitó la absolución aduciendo que no se habrían concretado hisopados vaginales que permitieran corroborar el abuso sexual.
El fallo fue por mayoría de votos de los jueces Roberto Dionisio Mazzuco y Fernando Damián Esteban, mientras que Carlos Roselló votó en disidencia.
El episodio
El hecho que signó la vida de la menor ocurrió el 2 de enero de 2010. En aquel momento, la chica habría ido, por pedido de sus padres, a comprar nafta. Mientras caminaba por la ruta que conduce desde su casa a la estación de servicio se habría encontrado con Gutiérrez, quien comenzó a hacerle propuestas indecentes. Ante la negativa y rechazo de la menor, el acusado (que ante el fiscal instructor de la causa habría argumentado que estaba bajo un profundo estado de ebriedad), insistió al punto tal de ofrecerle dinero a cambio de sexo.
Al ver que no podría convencerla y cediendo a sus instintos, Gutiérrez la llevó a la fuerza hasta cerca del Jardín botánico de la citada localidad y ahí mismo la sometió. Luego del trauma, la joven, como pudo, logró caminar nuevamente hacia la ruta y ahí la llevó la misma pareja de conocidos de sus padres, que posteriormente la ayudó a denunciar lo sucedido.
La causa fue investigada por el fiscal de Belén, Jorge Alberto Flores, quien tras imputar a Gutiérrez, culminó la instrucción del episodio y elevó la causa para que sea ventilada en juicio.
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