La experiencia de la gran minería en Catamarca ha implicado para
todos los catamarqueños un aprendizaje que no se termina. Ese
aprendizaje se relaciona con las maneras en que logramos que la enorme
generación de riqueza que significa el desarrollo de mega
emprendimientos como el de Bajo la Alumbrera tenga cada vez un mayor
impacto en el territorio provincial.
La minería aporta a la economía provincial por distintas vías: a
través de las regalías, por medio de los ingresos derivados de la
participación del Estado provincial en el negocio como integrante de
YMAD, a partir de la generación de mano de obra directa y también del
desarrollo de proveedores locales de las empresas que explotan los
yacimientos.
En este último aspecto, y a diferencia de otras provincias
netamente mineras, como el caso de San Juan, los catamarqueños hemos
desaprovechado numerosas oportunidades, déficit que puede atribuirse a
la precaria estructura de nuestra economía privada, pero también a la
falta de previsión del Estado respecto de los negocios que son factibles
de concretarse a partir de una relación fluida con las empresas
mineras.
Esta ausencia de estrategia para el desarrollo de los proveedores
locales fue muy perceptible en los comienzos de la explotación de
Alumbrera. En aquellos años de la década del ‘90, el gobierno provincial
se esforzó mucho más en discutir criterios de cálculos de las regalías
mineras que en preparar la economía local para "sacarle el jugo” al
negocio de la gran minería, cuando ambas batallas se podrían haber
librado al mismo tiempo.
Recién luego de varios años, la política de desarrollo de
proveedores empezó a cobrar importancia, y si bien las empresas
catamarqueñas que le venden productos y servicios a la empresa que
explota el yacimiento han crecido paulatinamente en número y en
importancia, el terreno perdido será, a esta altura, muy difícil de
recuperar.
No obstante, de la mano de la necesidad que la Nación tiene de
movilizar la alicaída economía argentina, sobre todo en el sector
industrial, una nueva oportunidad parece abrirse para las empresas
catamarqueñas.
Es que el gobierno federal acaba de ratificar la importancia del
sector minero en el programa de sustitución de importaciones, al
establecer un listado de 791 productos homologados fabricados por
empresas nacionales y en condiciones de ser comprados por compañías
mineras.
Muchos de esos productos actualmente se compran en el extranjero,
pero eso puede variar en el corto plazo porque ya son, según la
información brindada por el Ministerio de Industria de la Nación, 39 las
pequeñas y medianas empresas argentinas que los fabrican.
No se especificó, hasta el momento, adónde están radicadas esas
empresas, pero conocer los productos es una información muy valiosa para
el Gobierno provincial, que bien podría aprovechar sus vínculos con las
autoridades nacionales para promover la radicación de algunas de ellas
en territorio catamarqueño, aprovechando que una de las empresas
potenciales compradoras desarrolla sus actividades en la provincia.
Lograr este objetivo sería un gran aliciente para el sector
industrial local, asediado por la caída en la actividad económica y por
la ausencia del régimen promocional del que gozó hasta hace poco.
El gobierno federal acaba de
ratificar la importancia del sector minero en el programa de sustitución
de importaciones que lleva adelante.
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