Entre los presentes que Macri le entregó al Papa estaba un poncho elaborado en Belén. Conocé a los tejedores.
Como es costumbre en estas reuniones oficiales, el presidente Mauricio Macri y el papa Francisco intercambiaron regalos durante el encuentro que mantuvieron en el Vaticano.
Uno de los presentes que le llevó el primer mandatario fue un poncho confeccionado por Ramón Baigorria y Graciela Carrasco, artesanos teleros de Belén que tienen el emprendimiento Rua-Chaky (hecho a mano, en Quichua).
Los tejedores
Casados hace 29 años, ambos son quinta generación de artesanos textiles. Ramón Baigorria junto a su esposa, Graciela Carrasco, viven y tienen su taller en Belén, la cuna del poncho.
Trabajan en telares tradicionales, con horcones de madera, y producen entre cuatro y cinco ponchos por mes. Usan lana de oveja, que compran a productores de la zona, y también hacen chales en vicuña. Todo el proceso es manual, desde el ovillado hasta el tejido, y el teñido, que se hace con productos naturales: con yerba mate, se obtienen hasta 12 gamas de verdes; con cáscara de cebolla, amarillos; los marrones se hacen con té, cortezas de árboles o cáscara de nuez; y con flores los celestes, naranjas y rojos.
Baigorria y Carrasco venden ponchos en su propio taller, en la plaza de Belén, o en ferias y exposiciones de textiles y artesanías. Participaron en ferias en Milán, París y Bélgica, con ayuda de la Fundación Exportar y el programa Emprendedores de Nuestra Tierra, del Ministerio de Desarrollo Social, cuenta Baigorria.
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