En aquella oportunidad, el imputado utilizó el mismo modus operandi. Separado de la víctima, la buscó por su casa y la llevó a otro lado. Discutió y le asestó un puntanzo en el abdomen, luego arrojó el arma. Estuvo detenido cuatro días.
Ayer dio continuidad en la Cámara Penal N 2, el juicio por el femicidio de Cecilia Olima, la mujer de 42 años, quien fue asesinada el 14 de mayo del 2017 por su ex pareja Miguel Ángel Rodríguez, en la localidad de Londres, departamento Belén. El imputado debe responder por el delito de homicidio doblemente agravado por el vínculo.
Durante la audiencia, que inició a las 10 de la mañana y se extendió hasta pasado el mediodía, desfilaron en la sala cuatro nuevos testigos. El hermano del imputado y cuñado de la víctima, Tomás Rodríguez, quien refirió, en líneas generales, que su hermano no era una persona violenta, la policía Jésica Rodríguez -quien participó en el procedimiento y asistió a Olima- y dos médicos quienes asistieron al acusado en el hospital de Belén. Si bien en sus relatos los tres testigos aportaron nuevos datos al debate, la declaración de la mujer policía fue sin lugar a dudas el más importante de la jornada.
No solo porque fue la persona que actuó desde un principio en el hecho que terminó con la vida de Olima, sino porque durante los últimos cuarenta y cinco días, había atendido a la víctima en la comisaría de Londres por episodios de violencia, donde el acusado era el ahora imputado.
Sentada ante los jueces y, ante preguntas del fiscal Gustavo Bergesio, la testigo recordó que aproximadamente un mes y medio antes de ocurrido el suceso -es decir el femicidio de Cecilia- la mujer había realizado una exposición policial y luego una denuncia en contra de Ángel Rodríguez.
En la primera oportunidad, refirió la testigo, Olima se presentó en horas de la noche en la comisaría y ella estaba de guardia. Allí le dijo que quería realizar una exposición en contra de su entonces pareja, Rodríguez, porque era víctima de agresiones y quería que “lo sacaran de la casa”. “No recuerdo en este momento si tenía o no una lesión visible. Pero le informamos al fiscal y él dispuso que sea excluido”.
Al referirse a la denuncia, la mujer policía señaló que el episodio, del que también tomó conocimiento de forma directa porque estaba de servicio, sucedió una semana después de la primera exposición.
“Una vecina llamó a la comisaría y nos pidió que fuéramos a su casa, donde estaba Cecilia porque Rodríguez la había golpeado. Cuando llegamos, ella -por la víctima- me contó que Rodríguez fue a buscarla a su casa y salieron a la vuelta para ir a hablar. Pero comenzaron a discutir y sintió que le clavó con un cuchillo en el abdomen, forcejeó y él la tiró contra unos ladrillos que había en el lugar. Luego se levantó y fue a pedir ayuda a la vecina”, recordó al testigo.
Asimismo indicó que tras atacarla, Rodríguez -a decir de la vecina y la víctima- arrojó el cuchillo a una casa que estaba deshabitada y si bien se buscó el arma, nunca se la encontró.
En esta oportunidad, el fiscal Flores ordenó la detención de Rodríguez quien estuvo cuatro días preso, pero después recuperó la libertad, aún cuando se le impuso restricciones de prohibición de acercamiento a la víctima. Durante el relato de la testigo, el imputado mantuvo la cabeza gacha y presionaba sus manos.
El día del homicidio
En relación al día del hecho, la policía recordó que cuando llegó a la casa de Monserrat, la vecina que ayudó a Olima, ella estaba toda ensangrentada y decía que le faltaba el aire.
“Le pregunté quién le había hecho eso y ella me dijo que fue Miguel. Ya sabía quién era, porque ella lo había denunciado ya en dos oportunidades por golpearla y apuñalarla con un cuchillo (sic)”
Luego de escuchar a los tres testigos, los jueces resolvieron pasar a un cuarto intermedio para la jornada de hoy donde se continuará la declaración de más testigos.
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