CRUDO RELATO CONTRA EL INTENDENTE DE PUERTA DE CORRAL QUEMADO
La chica decidió hablar públicamente por primera vez. Hoy es la audiencia que definirá si Aybar va a juicio.
Mientras que hoy la Cámara de Apelaciones decidirá si el intendente Enrique Aybar va a juicio por el delito de abuso sexual en contra de una jovencita de 15 años, la presunta víctima decidió hablar por primera vez desde que radicó la grave denuncia contra el jefe comunal.
En este diálogo con El Esquiú.com, la muchacha, de quien reservaremos su identidad, habló del episodio de violencia sexual a la que fue sometida, los padecimientos que debió enfrentar en su pueblo -del que tuvo que marcharse y al que no quiere regresar-, de su padre y sus tíos que fueron despedidos de la municipalidad y de otras víctimas que se acercaron a ella, pero se mantienen en silencio por temor.
“Me dijo bien clarito que él tenía poder y si yo contaba lo que pasó, a él no le iban a hacer nada; que yo iba a ser la única perjudicada y hasta ahora, tuvo toda la razón”, dijo entre lágrimas y desconsolada.
La estudiante universitaria que ahora tiene 20 años relató que Aybar “fue mi maestro en la primaria hasta que fue director mío en la secundaria. Mis papás le tenían confianza, pero sobre todo yo. Le llegué a contar cosas personales. Siempre me decía que era la mejor alumna y él me iba a ayudar a salir adelante cuando asumiera la intendencia. Cuando lo hizo, me dijo que me daría una beca y que teníamos que venir a la ciudad para hacer los trámites. En ese momento no sabía lo que era un motel, me enteré al hacer la denuncia de lo que era. No tenía idea de nada de eso; yo tenía 15 años y ni conocía la ciudad”.
En la continuidad de un crudo relato, en el que no pudo contener las lágrimas, la joven contó que “me ató a la cama con un cinto, me preguntaba si le iba a contar a mi mamá mientras me pegaba en la cara. Me decía que era una desagradecida, porque él me quería ayudar, porque yo grité y pataleé en todo momento para que él no me haga eso. Me decía que grite todo lo que quiera, porque nadie me iba a escuchar. Me tiraba de los pelos y me hacía cosas que no voy a contar”. Además, indicó que apenas llegó al lugar le quitó su celular para que no pueda pedir ayuda.
“‘Dejame ir, no le voy a contar a nadie’, le rogaba y él me pegaba y me decía ‘callate, maricona, desagradecida’. Me decía que iba a tener todo lo que quiera si me quedaba tranquila, que él les había pagado a otras chicas para que se acuesten con él y que conmigo iba a hacer lo mismo. Tenía la cara roja de tanto que me pegó”, expresó. “Te juro que te voy a cagar matando si vos llegás a contar”, recordó que Aybar le dijo, amenazante.
“Después, en el camino de vuelta, se paró y me decía que me iba a abandonar en un campo para que me violen o me maten”, relató.
En este diálogo con El Esquiú.com, la muchacha, de quien reservaremos su identidad, habló del episodio de violencia sexual a la que fue sometida, los padecimientos que debió enfrentar en su pueblo -del que tuvo que marcharse y al que no quiere regresar-, de su padre y sus tíos que fueron despedidos de la municipalidad y de otras víctimas que se acercaron a ella, pero se mantienen en silencio por temor.
“Me dijo bien clarito que él tenía poder y si yo contaba lo que pasó, a él no le iban a hacer nada; que yo iba a ser la única perjudicada y hasta ahora, tuvo toda la razón”, dijo entre lágrimas y desconsolada.
La estudiante universitaria que ahora tiene 20 años relató que Aybar “fue mi maestro en la primaria hasta que fue director mío en la secundaria. Mis papás le tenían confianza, pero sobre todo yo. Le llegué a contar cosas personales. Siempre me decía que era la mejor alumna y él me iba a ayudar a salir adelante cuando asumiera la intendencia. Cuando lo hizo, me dijo que me daría una beca y que teníamos que venir a la ciudad para hacer los trámites. En ese momento no sabía lo que era un motel, me enteré al hacer la denuncia de lo que era. No tenía idea de nada de eso; yo tenía 15 años y ni conocía la ciudad”.
En la continuidad de un crudo relato, en el que no pudo contener las lágrimas, la joven contó que “me ató a la cama con un cinto, me preguntaba si le iba a contar a mi mamá mientras me pegaba en la cara. Me decía que era una desagradecida, porque él me quería ayudar, porque yo grité y pataleé en todo momento para que él no me haga eso. Me decía que grite todo lo que quiera, porque nadie me iba a escuchar. Me tiraba de los pelos y me hacía cosas que no voy a contar”. Además, indicó que apenas llegó al lugar le quitó su celular para que no pueda pedir ayuda.
“‘Dejame ir, no le voy a contar a nadie’, le rogaba y él me pegaba y me decía ‘callate, maricona, desagradecida’. Me decía que iba a tener todo lo que quiera si me quedaba tranquila, que él les había pagado a otras chicas para que se acuesten con él y que conmigo iba a hacer lo mismo. Tenía la cara roja de tanto que me pegó”, expresó. “Te juro que te voy a cagar matando si vos llegás a contar”, recordó que Aybar le dijo, amenazante.
“Después, en el camino de vuelta, se paró y me decía que me iba a abandonar en un campo para que me violen o me maten”, relató.
La denuncia y el bullying
La joven, en ese momento una adolescente, recordó que “me costó mucho hablar de todo esto, pero lo tuve que hacer en la Justicia. Él me había dicho que nadie nos iba a creer porque somos unos pobretes de mierda. Al principio no quise hacer la denuncia, pensaba que se iban a burlar de mí y no me iban a creer. Al ser un pueblo tan chico, ellos están acostumbrados a que este tipo de cosas sean naturales y de repente, que alguien se haya animado a hablar los hizo reaccionar así, porque hay otras chicas de las que también cuando fue maestro y director abusó y fueron a hablar con mi mamá y conmigo. No dijeron nada por miedo. Me tuve que cambiar de escuela por el bullying y mi familia perdió su trabajo en la municipalidad”. Asimismo, agregó que tanto su padre como sus tíos y otras personas que salieron a marchar en el pueblo para pedir justicia perdieron sus puestos.
“Yo fui la víctima, pero el pueblo me juzgó a mí. No quiero regresar más”, dijo
“Me trataron de mentirosa y decían que lo denuncié porque es el intendente y se trataba de política. No puedo creer que la gente lo haya vuelto a votar”, lamentó, indicando que “mis padres se están sacrificando mucho para que yo pueda alquilar acá e ir a la universidad”; contó además que fue abanderada en tres escuelas.
“Cuántos años que vengo con esto y vengo llorando, tocando puertas para pedir que por favor se haga justicia. Si él no tuviese ese cargo, no sería nadie”, reflexionó.
“Él me conoce desde que era chiquita y se ganó la confianza de todos nosotros. Yo confiaba en él, como maestro y como una persona que yo admiraba; yo quería ser como él y su esposa, a la que también tuve como profesora. A esto no se lo voy a perdonar nunca porque es algo que sufro todos los días de mi vida”, expresó.
La joven, en ese momento una adolescente, recordó que “me costó mucho hablar de todo esto, pero lo tuve que hacer en la Justicia. Él me había dicho que nadie nos iba a creer porque somos unos pobretes de mierda. Al principio no quise hacer la denuncia, pensaba que se iban a burlar de mí y no me iban a creer. Al ser un pueblo tan chico, ellos están acostumbrados a que este tipo de cosas sean naturales y de repente, que alguien se haya animado a hablar los hizo reaccionar así, porque hay otras chicas de las que también cuando fue maestro y director abusó y fueron a hablar con mi mamá y conmigo. No dijeron nada por miedo. Me tuve que cambiar de escuela por el bullying y mi familia perdió su trabajo en la municipalidad”. Asimismo, agregó que tanto su padre como sus tíos y otras personas que salieron a marchar en el pueblo para pedir justicia perdieron sus puestos.
“Yo fui la víctima, pero el pueblo me juzgó a mí. No quiero regresar más”, dijo
“Me trataron de mentirosa y decían que lo denuncié porque es el intendente y se trataba de política. No puedo creer que la gente lo haya vuelto a votar”, lamentó, indicando que “mis padres se están sacrificando mucho para que yo pueda alquilar acá e ir a la universidad”; contó además que fue abanderada en tres escuelas.
“Cuántos años que vengo con esto y vengo llorando, tocando puertas para pedir que por favor se haga justicia. Si él no tuviese ese cargo, no sería nadie”, reflexionó.
“Él me conoce desde que era chiquita y se ganó la confianza de todos nosotros. Yo confiaba en él, como maestro y como una persona que yo admiraba; yo quería ser como él y su esposa, a la que también tuve como profesora. A esto no se lo voy a perdonar nunca porque es algo que sufro todos los días de mi vida”, expresó.
Otras víctimas
La joven mujer aseguró que luego de lo sucedido, más allá del repudio generalizado que percibía de su comunidad, hubo mujeres que se acercaron a ella para decirle que habían pasado por lo mismo. “Me hablaron chicas y mujeres grandes, de las que también abusó, pero no van a decir nada porque tienen sus familias. Hay otra chica que sí lo denunció, pero después murió su padre y ya no siguió”, contó.
La joven mujer aseguró que luego de lo sucedido, más allá del repudio generalizado que percibía de su comunidad, hubo mujeres que se acercaron a ella para decirle que habían pasado por lo mismo. “Me hablaron chicas y mujeres grandes, de las que también abusó, pero no van a decir nada porque tienen sus familias. Hay otra chica que sí lo denunció, pero después murió su padre y ya no siguió”, contó.
Impunidad
“Este viejo anda en la calle como si nada. No puede ser que sólo porque tenga poder y sea intendente de nuestro pueblo nos trate como si fuéramos basura y a mí como si fuera lo peor de todo. Yo perdí mi adolescencia. Recién acá (en la Capital) pude empezar a querer salir. Me aferro a mi rutina en la facultad, pero recuerdo lo que pasó todos los días y cada vez me siento mal. A veces quise hacer cosas en contra mío porque ya no soportaba esta situación”, confesó sin dejar de llorar.
“Es un viejo chancho, un viejo sucio, un asco. Él dice que mi familia y yo hacemos esto por política, pero todo lo que hicimos después de hacer la denuncia me perjudicó todavía más. Ni yo ni mi familia sacamos nada de esto”, manifestó.
La audiencia que se llevará a cabo en la jornada de hoy en la Cámara de Apelaciones definirá si el intendente va a enfrentar un juicio respondiendo por estas acusaciones, ya que la causa pasó por varias etapas y estuvo a punto de ser pasada a archivo.
“Este viejo anda en la calle como si nada. No puede ser que sólo porque tenga poder y sea intendente de nuestro pueblo nos trate como si fuéramos basura y a mí como si fuera lo peor de todo. Yo perdí mi adolescencia. Recién acá (en la Capital) pude empezar a querer salir. Me aferro a mi rutina en la facultad, pero recuerdo lo que pasó todos los días y cada vez me siento mal. A veces quise hacer cosas en contra mío porque ya no soportaba esta situación”, confesó sin dejar de llorar.
“Es un viejo chancho, un viejo sucio, un asco. Él dice que mi familia y yo hacemos esto por política, pero todo lo que hicimos después de hacer la denuncia me perjudicó todavía más. Ni yo ni mi familia sacamos nada de esto”, manifestó.
La audiencia que se llevará a cabo en la jornada de hoy en la Cámara de Apelaciones definirá si el intendente va a enfrentar un juicio respondiendo por estas acusaciones, ya que la causa pasó por varias etapas y estuvo a punto de ser pasada a archivo.
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