RODRÍGUEZ TENDRÁ LA OPORTUNIDAD DE DECIR LAS ÚLTIMAS PALABRAS
Sobre el acusado pesa una fuerte imputación, que prevé una pena de prisión perpetua.
Luego de tres semanas de debate por el “femicidio de Londres”, finalmente hoy se conocerá el veredicto en la Cámara Penal de Segunda Nominación. Miguel Ángel Rodríguez es el único acusado por la violenta muerte de Cecilia Olima, su ex pareja y madre de sus cinco hijos. Está imputado por “homicidio doblemente agravado por relación preexistente y por haber mediado violencia de género”, delito que prevé la pena máxima: prisión perpetua. Rodríguez, antes de escuchar el veredicto, tendrá la oportunidad de expresar sus últimas palabras.
La semana pasada, en la instancia de alegatos, el fiscal Gustavo Bergesio sostuvo la acusación. “Esta situación fue cometida en contexto de violencia de género y se cometió con violencia”, remarcó y pidió el mayor castigo. Cecilia fue asesinada el 14 de mayo del año pasado en Londres, departamento Belén. Rodríguez le asestó 24 puñaladas que la dejaron mortalmente herida. Luego de unos minutos, falleció. El representante del Ministerio Público Fiscal consideró que se trata de un hecho bastante fácil de acreditar. “Hasta el imputado mismo se sitúa en tiempo y lugar del suceso acaecido con alguna particularidad. Advirtió que se trató de un delito casi de alcoba que se cometió en la calle, a plena luz del día, con una testigo presencial y el relato de policías”, indicó.
Bergesio destacó que una Cecilia agonizante pudo manifestarse, con un hilo de voz, para contar lo sucedido y, con esos datos, los policías salieron a buscar a Rodríguez. En cuanto a la defensa que ensayó Rodríguez, el fiscal advirtió que la postura defensiva del acusado es entendible para atenuar o mejorar su mala posición, pero, a su entender, es descartable. “Aduce no acordarse, pero, por la prueba, tenía control de lo que hacía y de su persona”, señaló.
Por último, resaltó la violencia de género que envolvió a esta tragedia. “Varias veces Cecilia fue a contar –a la Policía- y lo denunció por violencia. Tenía una orden de restricción y si se hubiera cumplido, no hubiese sucedido. También recordó un informe emitido un año antes por el Juzgado de Menores de Belén por una situación relacionada con uno de los hijos de la familia. El escrito describió el contexto familiar “entre un hombre violento y una madre sumisa”, destacó.
Por su parte, los defensores Mario Nieva y Guillermo Narváez se opusieron a lo solicitado por Bergesio. El codefensor Nieva consideró que hubo “emoción violenta” y pidió para su cliente que se eliminara el agravante “por haber mediado violencia de género”; aunque reconoció que se trató de un homicidio agravado “por el vínculo”, consideró que hubo “emoción violenta” como elemento atenuante. Por ello pidió una pena de 10 años y de ser posible de cumplimiento domiciliario.
Por su parte, para el codefensor Guillermo Narváez, Rodríguez no comprendió la criminalidad del acto ni tampoco pudo dirigir sus acciones. “No hubo voluntad ni libertad de acción. Hubo un cortocircuito que afectó su psiquis”, remarcó.
Según el abogado, no hubo premeditación, sino que todo se desencadenó bruscamente.
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