El destino de Rodríguez, entre la perpetua y la inimputabilidad

LAS PARTES PLANTEARON ALEGATOS POR EL “FEMICIDIO DE LONDRES” EN LA CÁMARA PENAL DE SEGUNDA NOMINACIÓN

Para Gustavo Bergesio, representante del Ministerio Público Fiscal, hubo violencia de género y pidió la pena máxima.

Esta situación fue cometida en contexto de violencia de género y se cometió con violencia”, sostuvo en su alegato Gustavo Bergesio, fiscal de la Cámara Penal de Segunda Nominación. En este tribunal Miguel Ángel Rodríguez, acusado por el delito de “homicidio agravado por el vínculo y por haber mediado violencia de género”, debe responder por la muerte de Cecilia Olima, su ex pareja y madre de sus cinco hijos. En mayo del año pasado Rodríguez mató a Cecilia de 24 puñaladas en Londres, departamento Belén.

El representante del Ministerio Público Fiscal consideró que se trata de un hecho bastante fácil de acreditar. Sostuvo la acusación y pidió la pena máxima, prisión perpetua.
“Hasta el imputado mismo se sitúa en tiempo y lugar del suceso acaecido con alguna particularidad.

Su relato tiene un 97% de coincidencia, salvo un 3%”, dijo. Advirtió que se trató de un delito casi de alcoba que se cometió en la calle, a plena luz del día, con una testigo presencial y el relato de policías.
Bergesio destacó que una Cecilia agonizante pudo manifestarse, con un hilo de fuerza, para contar lo sucedido y con esos datos los policías salieron a buscar a Rodríguez. Para el fiscal, las últimas palabras del acusado fueron una posible suerte de confesión. “No tenía más remedio que entregarse”, señaló, ante una muerte causada por cuchilladas. Existe una relación de esta muerte violenta con un hecho doloso. “Cuando su captura es inminente, al sargento le dice: ‘sí, ya sé, me mandé una macana grande’. En su afán defensivo no lo cambia. Fue muy claro y ese testimonio debe ser analizado”, manifestó, con los recaudos pertinentes. 

Además, el fiscal destacó que la moto en la que se conducía Rodríguez, sucedida la tragedia, fue dejada por el propio conductor en un lugar alejado, quizá para esconder sus datos. A la vez, el fiscal remarcó que el acusado había expresado no recordar, en alusión a una supuesta amnesia.

En relación con la víctima, Bergesio valoró que algunos testigos la calificaron como una mujer abnegada, que la tenía sometida y que le costaba muchísimo cuidar a sus hijos pero que aun así lo hacía. “Estaba en una situación de agobio de la que intentaba salir, casi imposibilitada por Rodríguez”, destacó y recordó que fue testimonio de una vecina, amiga de la víctima. “Aunque hubiera sido una mala madre, que no lo fue, no tenía por qué hacerlo. No pasa por ahí la discusión”, aclaró.

En cuanto a la defensa que ensayó el acusado, el fiscal advirtió que éste no tiene rasgos de psicopatía y que las pericias descartaron la amnesia lacunar. No obstante, consideró que la postura defensiva de Rodríguez es entendible para atenuar o mejorar su mala posición, pero, a su entender, es descartable. “Aduce no acordarse, pero, por la prueba, tenía control de lo que hacía y de su persona”, señaló.

Por último, resaltó la violencia de género que envolvió esta tragedia. “Varias veces Cecilia fue a contar –a la Policía- y lo denunció por violencia. Tenía una orden de restricción y si se hubiera cumplido, no hubiese sucedido. También señaló un informe emitido un año antes del Juzgado de Menores de Belén por una situación relacionada con uno de los hijos de la familia. El escrito describió el contexto familiar “entre un hombre violento y una madre sumisa”, destacó.
Tras el planteo de los alegatos, el debate pasó a un cuarto intermedio hasta el lunes. Entonces, los jueces darán a conocer el veredicto.