martes, 3 de noviembre de 2020

Turismo en Catamarca: crónica de daños colaterales

 

Carta al Director

Cuando llegó a nuestro continente, comprendieron que la última actividad en reactivarse sería la del turismo. Tampoco se equivocaron.    

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Complejos turísticos, hoteles, posadas, cabañas, hostels, campings, restaurantes, bares, confiterías, centros de diversión y entretenimiento, agencias de viajes y turismo, guías, productos regionales, artesanos, músicos, baqueanos, etc. que salían de la temporada de verano y se preparaban para Semana Santa, fines de semana largos, vacaciones de invierno, etc., de golpe y porrazo chocaron con un monstruo: nadie podía viajar. Todo se paralizó de manera brusca y contundente.

Para entender esta realidad, la imaginemos como una gran avenida: por una mano, vemos oficinas, salones, garajes, depósitos y cámaras de frío llenos de móviles, mercadería, reservas, contratos de servicios pagados o señados, tickets y vouchers emitidos; el personal, en actividad y listo para la acción; pero de repente todo quedó quieto, como si una varita mágica los hubiera inmovilizado.

Por la otra mano, vemos cómo llegan las boletas de luz, agua, gas, impuestos municipales, provinciales y nacionales, tasas, contribuciones, vencimientos bancarios y con otras empresas. Los costos fijos de grandes empresas y pequeñas pymes se mantenían incólumes. Los sueldos y contribuciones patronales había que pagarlos normalmente.

Y en el medio de la platabanda (aunque el verdadero significado de esta palabra es otro, que nada tiene que ver con cuestiones viales o de tránsito), se encuentran los grupos de empresarios, emprendedores, medianos y pequeños comerciantes, cuentapropistas, etc., sin saber qué hacer, para dónde encarar, a dónde recurrir, mientras el agua les llega al cuello.

Atados de pies y manos, empezaron a ver cómo la luz verde viraba al amarillo, luego al naranjado hasta llegar al rojo. Primero, echaron mano a las reservas por ganancias que tenían en su haber; luego, manotearon los ahorros y pasados ya nueve meses de "parate" y pagando, ambas alternativas quedaron en 0.

Las consecuencias son de manual: primero despido del personal temporario y luego, el permanente. La quiebra empezó a sobrevolar como ave de rapiña. El paso siguiente fue el cierre temporario y en muchos casos, el definitivo.

Este bosquejo general se complica en una plaza acotada como es el caso de Catamarca y se complejiza gravemente si lo situamos en el interior provincial.

Algunos ejemplos al pasar

Tomemos como ejemplo el departamento Belén, dado que se encuentra prácticamente en el centro de la provincia y es un nudo distribuidor y cuasi mediterráneo.

Existen allí varios emprendimientos ligados con el turismo; los hay grandes, medianos y pequeños.
Veamos:

- Hotel Belén Complejo Turístico Regional (emprendimiento privado): Ocupa una manzana completa en el centro de la ciudad. Tiene una moderna pileta de más de 30 metros de largo, bar acuático, piscina para niños, salones de conferencias y eventos; edificio de tres plantas con casi 40 habitaciones, en las que se puede alojar más o menos 100 personas y bar/restaurante para 100 cubiertos. Ocupa unas 30 personas. Además, el hotel alberga el Museo antropológico “Famayfil”, con la colección privada “Rubén Lasa”. Este año iban terminar el local para el museo, único en el NOA, con casi 1.000 piezas originales. Se encuentra cerrado desde marzo. Al bar/restaurante le bajaron la cortina definitivamente.

- Posada Las Cardas/ agencia de viajes y turismo Chaku Aventuras (emprendimiento privado): Posada cerrada desde marzo y agencia con baja temporaria en Turismo de la Nación.

- Restaurante 1900 (emprendimiento privado): Un clásico en el Norte Argentino en el que es muy difícil encontrar una mesa disponible. Cerrado desde marzo. Hoy sus dueños recorren en auto los alrededores de la ciudad de Belén vendiendo zapatillas. Cabe destacar que este restaurante fue elegido el año pasado en TripAdvisor como el mejor restaurante de Catamarca y uno de los mejores de la Argentina.

Estos ejemplos de Belén se replican en la Capital y en todo el interior provincial, especialmente en el Norte y Oeste.
Crónica terrible de una realidad que nos abruma, de la que no sabemos cuál, cómo y dónde está la vía de escape, la solución, la salvación o el final de la historia.

Eduardo Aroca

CATAMARCANO.

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