lunes, 28 de junio de 2021

“Mi confianza y mi esperanza están puestas más en la gracia de Dios que en mis pobres cualidades”

 PADRE JOSE DIAZ


En la madrugada de este sábado 26 de junio de 2021 se conoció la noticia de la designación, por parte del Papa Francisco, del Pbro. José Antonio Díaz -actual párroco de Andalgalá- como nuevo obispo de la Diócesis de Concepción, en Tucumán.

Inmediatamente se viralizó el anuncio, que fue recibido con gran alegría por tantas personas que lo conocen y lo quieren. Para  la comunidad creyente es una buena noticia en este año dedicado a San José - su Patrono- y a Fray Mamerto Esquiú, quien próximamente será proclamado beato.
La novedad ameritaba una entrevista con el sacerdote tucumano de nacimiento y catamarqueño por adopción, que fue realizada en la misma mañana del sábado.
Transcribimos a continuación ese diálogo que estuvo matizado con risas y cálidas evocaciones, como por ejemplo que en el descubrimiento de su vocación sacerdotal  fue clave el recordado padre Gerardo Denett.

¿Cómo recibió la noticia?
-    La recibí primero con sorpresa, con confianza, sobre todo pensando en lo que Dios puede dar a través de mí. Mi confianza y mi esperanza están puestas más en la gracia de Dios que en mis pobres cualidades, porque en realidad el ministerio episcopal es tan exigente que sin dudas mis recursos humanos no alcanzan, eso hasta para todo cristiano, pero más aún para un obispo. Y uno crece en la esperanza, porque va constatando a lo largo de la vida que Dios siempre estuvo presente, tanto en los momentos de alegría como en los momentos de dolor. Por eso quise entregarle mi vida de vuelta y pedirle a Dios que me auxilie con su gracia y que, como la Virgen, se haga en mí lo que Él disponga. Lo recibí con esa actitud. 

¿Eclesialmente qué significa la misión del obispo?
-    El Sacramento del Orden, que tiene su plenitud en el episcopado, está al servicio del pueblo de Dios. El diácono, el sacerdote, el obispo, están para construir la unidad; para luchar y trabajar, defender la verdad, santificar al pueblo de Dios, guiarlo, pastorearlo, conducirlo, acompañarlo, caminar junto con la gente, no sólo delante para marcar el camino, también atrás para que ninguno se quede rezagado, y también en el medio, acompañando al pueblo, escuchando no sólo a Dios sino escuchando al pueblo que va hablando y expresando sus necesidades concretas.

La Diócesis de Concepción es su lugar de origen, como oriundo de La Cocha, ¿tiene algún significado especial esto para usted?

-     Para mí tiene un significado muy especial porque sin duda que uno vuelve a la infancia, a la adolescencia, recuerda las experiencias vividas. De La Cocha salimos dos consagrados, una religiosa, Yudith Gómez, y yo de esa época. Volver la mirada sobre ese inicio de mi vida, es como volver a recordar la experiencia de la cultura, de la sociedad tucumana, y reinsertarme en eso va a ser todo un aprendizaje, volver a recordar los encuentros que teníamos en la escuela, los amigos, recrear toda la vida de la infancia, porque yo me vine a Catamarca siendo adolescente, me despedí un poco de La Cocha y me inserté más en Catamarca, sobre todo a los pies de la Virgen del Valle, que ha sido la devoción que ha marcado mi vida, por eso me quedé acá, por la Virgen. Y todos estos años que he vivido han sido puestos al servicio de la diócesis y al servicio de la Virgen, para mí ha sido altamente enriquecedor. Es una de las razones por las que dije que sí. Ha sido tanto lo que he recibido de Dios y de la Iglesia, que cómo puedo decir que no a un pedido por más que parezca muy difícil.

Su predecesor, Mons. Melitón Chávez, también fue su compañero en el Seminario, su amigo, esto debe tener un significado muy especial…

-    Mucho, mucho, porque hemos tenido la gracia de compartir en enero con él y el padre Julio Murúa, momentos muy gratos de estudio, de oración, de diálogo, de charlas y él siempre me estuvo diciendo que no me achique el día que me ofrezcan  el episcopado porque hace falta… Él siempre estuvo acompañándonos a los compañeros del Seminario. Fue muy buen obispo. Había impactado muy fuerte con su carisma, tanto en los sacerdotes como en el pueblo. Doy gracias que él haya estado antes porque sin dudas que ha dejado una marca profunda en la comunidad de Concepción. Ayer se ha cumplido un mes de su fallecimiento. A mí me asombró la rapidez con la que se nombró un obispo sucesor de Melitón. Él también debe haber estado haciendo sus gestiones por allá (dicho con un tono risueño y afectuoso).

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