sábado, 5 de septiembre de 2020

Berrinche en Belén: “No siempre el que llora mama”

 


Se están peleando los peronistas de Belén. Las discusiones van desde el desmantelamiento de la sede hasta el tipo de relación que tiene la Provincia con los dirigentes justicialistas locales. Por un lado, desaparecieron elementos de valor de la sede del partido, y en el segundo lugar patalean porque la relación entre el gobernador Raúl Jalil y el intendente radical Daniel “Telchi” Rios hizo prácticamente desaparecer al peronismo belicho. El berrinche es grande pero no siempre el que llora mama.

La información se filtró del grupo de WhatsApp del PJ Belén: “Alguien sabe qué pasó con nuestra sede partidaria, pase y ví que estaban desmantelando todo, ahora voy a llegarme a ver, porque había muchas cosas materiales que pertenecen al partido”, se dice en uno de los mensajes preguntado quién dió la orden y dónde se llevaron las cosas. Los cuestionamientos están dirigidos al intendente de LondresGilberto Santillán, y al senador Solá Jais. El malestar también es por la designación de Soledad Blas en Desarrollo Social.

En otro mensajes se lee: “Necesito saber quién llevó las sillas de las sede porque tengo que devolver, me prestaron y me están pidiendo que las devuelva”, manifiesta otro militante molesto. En la conversación se asegura que se llevaron elementos de la sede sin hacer ningún tipo de inventario ratificando que en el lugar había sillas, escritorios, computadoras, impresoras, freezer, cartelería, entre otras cosas.

Por otro lado está la cuestión política. El caso Belén es similar al caso Andalgalá. El gobernador Raúl Jalil cierra casi todo con los intendentes radicales, “Telchi” Ríos Eduardo Córdoba, ninguneando, postergando y despotenciando al peronismo local. La queja es por la falta de comunicación y contención a la militancia que busca desesperadamente hacerse escuchar. Luego de las elecciones los teléfonos se cerraron dejando un tendal de enojados y heridos. Dirán que no se están peleando sino reproduciendo pero esa es una muletilla autoconsuelo.

El temor de los peronistas belichos y andalgalenses es que esa estrategia de tirar para abajo y silenciarlos sea un acuerdo explícito entre el hombre para el que salieron a buscar el voto y los opositores, es decir entre RaúlGilberto Eduardo. Los hechos hablan por sí mismo, están dejados de lados, los desconocen como a parientes pobres. Sin embargo las autoridades del partido no hacen otra cosa más que alimentar uno de los sentimientos más viejos en política: el deseo de venganza. Continuará…

Por Juan Carlos Andrada
Especial para El Aconquija

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