La iniciativa que logró media sanción de la Cámara de Diputados el 13 de junio fue rechazada y no puede volver a ser tratada por un año.
La legalización del aborto tuvo su histórico debate en el Congreso que se cerró con la votación de 38 votos en contra y 31 a favor.
Con miles de personas movilizadas bajo la lluvia frente al Congreso -mayoritariamente “verdes” favorables a la ley-, la maratónica sesión había arrancado a las 10.26 del miércoles, con pronóstico definido.
Los antiabortistas llegaron con 37 votos asegurados (la mitad más uno del cuerpo) y sumaron antes del inicio del debate a un indefinido: el peronista tucumano José Alperovich. Así, consolidaban la tendencia.
Con el rechazo, el proyecto no podrá volver a ser tratado en este año parlamentario, aunque el tema ya está instalado en la sociedad y, probablemente, forme parte de la agenda de la campaña electoral de 2019.
La media sanción de Diputados que se puso a consideración proponía la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación, que debería atenderse en todas las instituciones públicas y privadas de salud, dentro del Programa Médico Obligatorio (PMO), como una prestación básica de salud.
Los impulsores del proyecto alegaron que en el país hay entre 47 mil y 52 mil hospitalizaciones al año a consecuencia de abortos clandestinos mal realizados, y decenas de mujeres (43 en 2016, según estadísticas oficiales) mueren por esa causa.
Del otro lado, con la consigna “salvemos las dos vidas” y el llamado a proteger “la vida desde la concepción”, los senadores antiabortistas consolidaron su mayoría sobre todo con el aporte de las provincias del Norte y la influencia de la Iglesia Católica, que jugó fuerte en este debate, como no lo había hecho en Diputados.
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