Al kilómetro 4075 de la mítica Ruta 40, en la provincia de Catamarca, se levanta un pequeño y tranquilo pueblo que, desde ya, llama la atención en primer lugar por su nombre. Se trata de Londres, considerada como la localidad más antigua del país después de Santiago del Estero, que se fundó en 1553. Claro que en esta consideración hay que aclarar que estamos descartando la primer fundación de Buenos Aires, acaecida en 1536, dado que la que ahora es la capital nacional estuvo abandonada entre 1540 y el momento de su segunda fundación, en 1580.
Pero no solo el nombre del pueblo es particular, sino que toda su historia lo es. Londres tiene la característica de haber sido fundada 7 veces. Sí, leíste bien, y no es un error de tipeo. No se si esto es un récord registrable, pero si no lo es seguramente esté cerca. Tantos idas y vueltas tienen que ver con la tenaz resistencia de los Calchaquíes, que una y otra vez destruían las ciudades españolas que se instalaban en esta zona del territorio.
La primer fundación data del 3 de julio de 1558, momento en que Juan Pérez de Zurita le dio el nombre de Londres de Nueva Inglaterra, en homenaje a la reina María Tudor de Inglaterra, esposa del rey español Felipe II. A partir de allí, Londres se vió destruida durante las intensas guerras calchaquíes y refundada, una y otra vez, aunque no siempre en el mismo lugar. Sus diferentes renacimientos están fechados en los años 1562, 1607, 1612, 1633, 1683 y en 1750. En cuanto al punto geográfico, se fue moviendo en el mapa, siendo la mudanza más importante la sexta, momento en la que se la nombra San Fernando del Valle de Catamarca, asentamiento que luego se convertiría en la capital provincial. La Londres que conocemos hoy está emplazada en su sitio original, en cercanías del Río Quimivil.
Otra particularidad que llamará la atención del turista es que el pueblo se extiende a lo largo de la ruta pero parece estar partido en dos. O al menos, parece tener dos centros diferentes. El llamado Londres de Arriba es es asentamiento más antiguo desde donde comenzó a expandirse el pueblo. Es el que el viajero se encuentra primero remontando la Ruta 40 desde el sur, y está demarcado por la plaza frente a la cual se levanta la antigua iglesia de la Inmaculada Concepción, un edificio que data de 1825 pero que se cree que es el sucesor de otro más antiguo levantado por los jesuitas.
El Londres de Abajo conforma el centro más vivo de la ciudad, donde se ubica la Plaza José Colombres y, frente a ella, la iglesia de San Juan Bautista que, curiosamente, es más antigua que la de Londres Arriba y se cree que fue el escenario principal de la última fundación de la ciudad.
Londres es parte de la “Ruta del Telar” siendo que una de sus principales actividades económicas es la producción de tejidos artesanales. Es además conocida como “Cuna de la Nuez”, uno de los principales productos naturales en ser cosechados en esta zona. Sin embargo su atractivo turístico más importante es El Shincal de Quimivil.
Se trata nada más y nada menos que del asentamiento aborigen considerado como la capital más austral del Imperio Inca. Fue un centro administrativo de gran importancia dentro de la estructura Inca, e incluso fue construido a semejanza de la capital del imperio, en Cuzco, aunque por supuesto en escala mucho más chica. Toda la información sobre el Shincal y cómo visitarlo la encontrás en este otro post al que accedés en este link.
Y para los fanáticos de los aviones, vale la pena mencionar que, adyacente a la Ruta 40 en dirección hacia Belén, hay una pista de aterrizaje con alineación 07-25 que, aunque no la vimos con movimiento, es de asfalto y parece no estar en malas condiciones.
Al ser un pueblo pequeño, Londres no cuenta realmente con una gran infraestructura para el turista, especialmente si hablamos de alojamientos. Aunque hay algunas pocas opciones, la mejor alternativa seguramente sea parar en la cercana Belén, a menos de 15 kilómetros sobre la ruta 40.
Igualmente, con tamaña historia, es un pueblo que amerita una parada para conocerlo con tranquilidad, y seguramente comprar alguna artesanía de recuerdo o un dulce local (más que recomendadas las nueces confitadas que son mi golosina preferida en el norte). Si pasaste por el Londres argentino, en tierras catamarqueñas, te invito a dejar tu comentario contando tus impresiones.
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